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viernes, 29 de octubre de 2010

Es algo que me supera.

Detesto perseguir a la gente, insistíendole, como si fuese un simple perro. ¡Cansada estoy de sentirme molesta! No lo entienden, a todo el mundo le gusta sentirse importante, que le hagan caso.

Debe ser que no soy nada, invisible, un hombro en el que llorar y del cual no se acuerdan hasta la próxima vez.

Gracias.

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