Páginas

martes, 9 de octubre de 2012

Uy...

La verdad es que no sé en qué momento exacto dejé de tomarme en serio este pequeño pedazo de mí, aquel al que tanto secretos he desvelado y con el cual he llorado en incontables ocasiones mientras iba exponiendo a una las palabras que pasaban por mi mente. No sé si fue el haber crecido un poco, el comprender que no tenía sentido el compadecerse y gritar a los cuatro vientos una opinión no le importaba a nadie, pues a aquellos que lo valoren no les llega, y los que te rodean no necesitan que se los digas, pues ya lo saben de la cantidad de que que los habrás repetido.

Con todo esto no quiero decir que vaya a empezar a quejarme nuevamente, ¿para qué? ¿Para subir el ego de unas pocas que ya lo tienen bien alto? ¿Para que aquellos que me "odian" se alegren? No, no merece la pena, prefiero seguir sonriendo como hasta ahora, valorando lo que estoy consiguiendo por mis propios medios.

¡Y es verdad! ¡Todo el día comentando mis penas! Pero, ¿y las cosas buenas? Porque he tenido un montón de ellas, y voy a comentarlas ahora, sí, cuando debería estar con un trabajo -no tengo remedio-.

Acabo de empezar en una etapa de mi vida con un año de retraso, la Universidad, empecé aterrada por eso de "no es como en el Bachillerato, allí te regalan las notas, aquí hay que esforzarse". No paraba de pensar, "¿y si es verdad? ¿Y si no lo consigo?". Pero me equivoqué, mucho, y ahora puedo decirlo muy tranquilamente y segura, "lo voy a conseguir". Los trabajos que hasta la fecha he entregado han tenido unas notas altas, y la verdad, viendo cómo había ido hasta el año pasado, no puedo dejar de alucinar cuando veo que he conseguido la máxima nota -ojo, no soy la única, hay más por supuesto, no vayáis a creer que me las doy de lista-. Muchas personas, cuando saben de cómo me está yendo, dicen no reconocerme, ya no soy esa niña perdida y sin rumbo, ahora sé lo que quiero, y aunque ahora mismo no esté en mi deseada carrera, no por ello voy a tirar la que he escogido a la basura. Hay que aprender a ser responsable, a asumir tus decisiones y sacar el máximo partido de ellas, pues no sabemos nunca cuán útiles nos pueden resultar dentro de unos años.

¿Qué más? He conocido a gente estupenda, y mantengo a otras a mi lado. Los iría mencionando uno a uno, pero me parece que no, lo merecen, pero siempre puede una olvidarse de alguien y... Sienta mal, hay que reconocerlo.

Por hoy ya basta, pues tengo una trabajo que hacer, ¿sobre qué? La "Educación para la Ciudadanía y Derechos Humanos" y "Educación Ético-Cívica", debo hablar de los argumentos a favor y en contra, decir qué pienso de ellos y responder a unas preguntas. Un tema bastante interesante, a decir verdad, pero no lo suficiente como para captar completamente mi atención -aunque rara cosa lo consigue-.

PD: Si alguien se lo pregunta, estudio Pedagogía, y me encanta.