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lunes, 22 de noviembre de 2010

Rosa

Soy yo quien rodea tus piernas al caer, quien te aprisiona como una serpierte dejándote sin respiración, impidiendo tu huida. Soy quien clava sus numerosos dientes en torno a tí. ¿Notas el veneno? Rápidamente hace efecto, te quedas quieto. ¿Sientes algo? Claro que no. Tu corazón no palpita, ha dejado de bombear sangre, y con ello tu cuerpo va perdiendo el color. Decías ser pálido, como un vampiro, ¿ahora cuál es tu color? Ya no sonríes, tus ojos no poseen el brillo característico con el que seducías. Has dejado de ser alguien, has pasado a ser nadie. Bienvenido al mundo de las pesadillas, querido Will, yo soy la rosa nocturna.


Esconderme entre las tinieblas de la noche, huyendo de la luz solar que me quema, marchita, seca.

1 comentario:

  1. Vos estáis seca, princesa de las tinieblas, y yo perdí la sangre cuando os vi partir. Dejadme estirar la mano, tocar vuestra belleza, y si las espinas me atraviesan, me envenenan, si me aprisionáis y me hacéis caer, si me arrebatáis la sangre... moriré con vos, por vos, porque el mundo de las pesadillas sin vuestra tenebrosa luz no es nada más que perdición.

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